Durante la Segunda Guerra Mundial, la ideología nazi, creada por Adolf Hitler, tuvo un discurso de odio llamado antisemitismo que llevó a la creación de campos de concentración donde miles de judíos fueron asesinados. Este es un ejemplo de discurso de odio que, hoy en día, se ha convertido en un tema problemático presente en el entorno virtual que necesita ser combatido, ya que Internet ha traído una ilusión de libertad ilimitada y también ayuda en la expansión de grupos de odio.
Internet ha facilitado el acceso a una amplia gama de información y recursos, lo que ha contribuido enormemente al desarrollo de la sociedad. Sin embargo, también ha dado lugar a un nuevo fenómeno: el discurso de odio en línea.
El discurso de odio se define como cualquier forma de expresión que incite al odio o la violencia contra un grupo o individuo en función de su raza, religión, origen étnico, género, orientación sexual, discapacidad o cualquier otra característica. En Internet, el discurso de odio puede manifestarse a través de mensajes de texto, imágenes o videos en foros, blogs, redes sociales y otros sitios web.
El discurso de odio en línea es un problema grave que está en aumento. Se estima que el número de casos registrados ha aumentado en un 5% anual desde 2014.
En primer lugar, la falsa idea de la libertad de expresión ilimitada en las redes sociales genera un aumento de los discursos de odio en este entorno. Según un informe del sitio web G1, un joven gaucho de Tramandaí fue detenido a principios de septiembre por apología del nazismo. Este niño hizo videos, que se publicaron en las redes sociales, adorando a Hitler y la ideología nazi. Esto demuestra que hay personas que se aprovechan de la libertad que brindan las redes sociales para propagar discursos de odio, ya que se sienten protegidas por la poca supervisión de estos contenidos y por la idea de libertad ilimitada, ya que utilizan el derecho de expresión como un argumento para no ser castigado por lo que se publica en las redes sociales. Por lo tanto, el entorno virtual se convierte en un lugar seguro para que los grupos de odio se expresen y este es un problema que debe abordarse.
Además, las redes sociales ofrecen un espacio para expandir seguidores a grupos de odio. Según el filósofo Karl Popper, creador de la idea de la “Paradoja de la Tolerancia”, al dejar impunes los discursos intolerantes y de odio, se corre el riesgo de que estos pensamientos se propaguen. Del mismo modo, al permitir que los usuarios realicen discursos de odio, las redes sociales permiten que los grupos de odio adquieran más seguidores y que estos discursos se normalicen y difundan. Por lo tanto, debe haber un mayor control sobre las publicaciones para que no haya espacio para que se propague el discurso de odio.
Por lo tanto, el Ministerio de Seguridad, en alianza con las redes sociales, debe crear programas de análisis de contenido, a través de cambios en las aplicaciones, desarrollados por empresas de programación, para detener los contenidos con discurso de odio. Esto disminuirá la ilusión de libertad absoluta y reducirá el número de grupos de odio en Internet.